Eric Enciso no podía creer lo que escuchaba cuando un joven estudiante se le acercó y le preguntó: “¿Eres rico?”.
Enciso, director de servicios de nutrición del Distrito Escolar Unificado de Colton en California, respondió que era “rico en amor y familia”. Llevaba corbata y camisa por dentro ese día y, después de preguntarle al estudiante, se dio cuenta de que su ropa le hacía pensar que era rico.
Inmediatamente recordó su infancia. Al crecer en una familia obrera, todos sus tíos y sus padres vestían uniformes de trabajo. Se dio cuenta de la importancia de ser un modelo a seguir exitoso para sus estudiantes en la comunidad mayoritariamente hispana a la que sirve, pero también se vio a sí mismo en ese niño y en su inocente pregunta.
Los padres de Enciso emigraron de Guadalajara, México, escapando de la pobreza y el hambre. Ellos trabajaron duro todos los días por mejores oportunidades para sus hijos.
“Escuchas esa frase con tanta frecuencia que casi se convierte en un cliché, que vinieron aquí sin nada, pero realmente lo hicieron”, compartió Enciso.
Él recuerda a sus padres cocinando arroz y frijoles como alimento básico en el hogar para llegar a fin de mes. Recuerda que su madre se iba temprano al trabajo y dejaba una comida lista en la estufa y luego regresaba por la noche para cocinar otra comida antes de irse a una clase de inglés.
Esta experiencia le ha ayudado a construir un liderazgo basado en la empatía.
“No les pido que hagan algo que no le pediría a mi mamá que hiciera”, dijo sobre sus “señoras del almuerzo y señores de comida”, explicando cómo la felicidad de ellos es una de las métricas más importantes. Esta felicidad mantiene a su personal enfrentando desafíos continuos y en constante cambio para servir las comidas escolares hoy, cuando los niños las necesitan más que nunca.
Durante la pandemia, él fue testigo de primera mano de muchas familias en su comunidad experimentando la falta de vivienda y viviendo en moteles. Muchas de estas familias están trabajando arduamente, como sus propios padres, y haciendo todo lo posible para que sus hijos salgan adelante. El personal de nutrición siempre está ahí para ayudar en los momentos difíciles con una sonrisa.
“Nunca sabes cuándo esa sonrisa podría significar todo para ese niño”, compartió Enciso.
Y es mucho más que comidas. El almuerzo en la escuela, el desayuno y las comidas de verano en mantas en el parque son algunos de los mejores recuerdos que Enciso tuvo mientras crecía. Él quiere que los niños también tengan esos momentos de alegría. Quiere que nunca tengan que preocuparse por una comida, sino que siempre estén disponibles para ellos.
“Quiero que vean una comida de la misma forma que verían un libro o un lápiz”, explicó. “Es algo que me ayudará a alimentar mi cuerpo para pasar al siguiente nivel”.
Con el financiamiento de No Kid Hungry, Enciso pudo crear materiales de mercadeo y decorar la camioneta que repartía comidas durante el verano. Esto facilitó que las familias reconocieran la camioneta y se enteraran de las comidas gratuitas. También compró carritos eléctricos de comida para llevar, porque no le pediría a su madre que empujara carritos de comida pesados y estos pueden marcar la diferencia en que un niño reciba las comidas que son gratuitas para todos los estudiantes del distrito.
Enciso está orgulloso de ser mexico-americano, de la historia de migratoria de sus padres, de su ética de trabajo y de la deliciosa comida. Está agradecido por las oportunidades que Estados Unidos le ha brindado y se enorgullece de retribuir a su comunidad.
Este Mes de la Herencia Hispana, celebramos a líderes como Eric Encisco que están alimentando a niños en comunidades de todo Estados Unidos. Como una persona con la que pueden identificarse, él se encuentra en una posición única para inspirar a sus alumnos y mostrarles que pueden seguir siendo “ricos en familia y amor”.