Ya sea en las comunidades agrícolas del sur de California o en un centro urbano de los del norte, la pandemia de coronavirus está evitando que los niños con hambre reciban la comida que necesitan.
Todo esto se debe a una serie de factores.
"Los medios de acceso. La barrera del idioma. Las finanzas", explicó John Sasaki, director de comunicaciones del Distrito Escolar Unificado de Oakland.
Varias familias en Oakland carecen de acceso a Internet para recibir alertas sobre los puntos de alimentación, y muchas no cuentan con los fondos o los medios de transporte para lograrlo. Esto es particularmente cierto para la comunidad hispana de dicho distrito, en la que el 87% de los niños dependen de las comidas que reciben en la escuela.
Marcus Alonzo ha visto a la misma población siendo afectada en la comunidad agrícola rural de la Escuela Unificada del Valle de Coachella. La entrega de comidas a familias aisladas ha sido toda una revelación para él y el equipo de servicio de alimentos que dirige.
"Antes del COVID-19, nunca salí a visitar estas comunidades", compartió. “Alimentas a todos desde la escuela, así que no sabes de dónde salen todos estos niños. Ahora lo sé, para muchos de estos niños, probablemente las únicas comidas saludables que reciben es a través de la escuela”.
La pandemia ha afectado de manera particularmente fuerte a Oakland y Coachella. En una escuela en Oakland, Sasaki descubrió que más del 80% de las familias habían perdido un trabajo por unidad familiar y más del 60% habían perdido dos.
"Mamá y papá habían perdido trabajos", dijo. "La necesidad ya era grande, pero ahora se ha ido por las nubes. Nuestras familias están en aprietos en este momento”.
En Coachella, donde los estudiantes hispanos representan el 97% del distrito, las familias de agricultores migrantes son especialmente vulnerables, y la comunidad se está uniendo para ayudar.
"No tienen atención médica. Una comunidad ni siquiera tiene agua potable. Con la crisis, no creo que sepan de dónde vendrá su próximo dinerito”, dijo Alonzo. Esto realmente les ha abierto los ojos a muchas personas dentro de nuestro distrito".
Cuando llegó la crisis y las escuelas cerraron, Alonzo y su equipo tardaron tan solo tres días en cambiar sus operaciones que antes radicaban en cafeterías, a la distribución de comidas a los niños con hambre a través de puntos de alimentación y entregas en el autobús escolar.
Ahora están promediando 100,000 comidas nutritivas gratis por semana usando tan solo poco más de un tercio de su personal regular. Muchos se quedan en casa debido al riesgo de exposición al coronavirus. Pero el equipo de Alonzo se enorgullece del trabajo.
“He visto mucha gratitud de los niños y los padres, e incluso de los abuelos que están criando a estos niños. Están muy agradecidos”, compartió. "Estamos haciendo algo valioso para la comunidad".
Sasaki está viendo la misma gratitud, y necesidad, durante la entrega de camiones de comida móviles del distrito y sus 12 puntos de alimentación, a través de los cuales sirven unas 100,000 comidas todos los lunes y jueves para ayudar a los niños con alimentos durante la semana.
"En una de nuestras escuelas, un padre de cuatro hijos vino a buscar comida para sus hijos", dijo. “Se fue con una caja con 36 raciones de comida, nueve para cada uno de los cuatro niños, y se llevó esa caja a pie hasta su casa. Es poco lo que puedo decir sobre sus necesidades”.
Pero Alonzo y Sasaki no han hecho este trabajo solos. De hecho, han trabajado juntos por mucho tiempo con No Kid Hungry. Desde proveer orientación práctica en la implementación de nuevos programas, hasta proveer los fondos necesarios para su lanzamiento, los donantes como usted están ayudando a que este trabajo sea posible.
"Cuando se trata de alimentar a nuestros hijos necesitados, especialmente en un momento como este, es fundamental que cuenten con el apoyo de organizaciones como No Kid Hungry", dijo Sasaki. "El dinero que proviene de No Kid Hungry en realidad está cambiando vidas".
Dada su experiencia trabajando con nosotros para dar inicio al desayuno después de sonar la campana en su distrito, Alonzo dice que esta conexión le abre puertas con su distrito para encontrar nuevas formas de llegar a los niños.
"No Kid Hungry realmente me ayuda", dijo. “Confío mucho en ellos. Cada vez que les lanzo algo a mis superiores y digo que viene de No Kid Hungry, se aprueba. No se cuestiona".
A pesar del éxito de los esfuerzos de ambos distritos, Sasaki señala que el hambre infantil en los Estados Unidos va mucho más allá de esta crisis, y que se va a necesitar del apoyo de personas como usted para ayudar a alimentar a los niños con hambre de las zonas tanto rurales y urbanas como suburbanas.
"Si un niño cuenta con lo suficiente para comer, no es algo que debe depender del código postal en el que nace o los desafíos financieros que tienen sus padres", dijo. "Si nuestros hijos no tuvieran este recurso, no sabemos dónde comerían, honestamente, especialmente en un momento como este".
Ayúdenos a apoyar programas como estos que alimentan a los niños en comunidades de costa a costa durante esta crisis y en la recuperación que seguirá.
Obtenga más información sobre la respuesta al coronavirus de No Kid Hungry y haga una donación ahora.