En este momento, como parte de sus planes presupuestarios, el Congreso está considerando recortes masivos a los programas de nutrición, incluyendo el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés) y las comidas escolares. Sin embargo, en un momento en el que las familias de Estados Unidos luchan por costear alimentos suficientes para alimentar a sus hijos, los recortes en estos programas son de corta visión y amenazan con aumentar el hambre y la pobreza, además de perjudicar a las economías locales y a los pequeños agricultores.
Meredith Jorss, directora asociada de abogacía de la campaña No Kid Hungry de Share Our Strength, modera un panel con expertos sobre el impacto que tendrían estos recortes en los niños y sus familias si son implementados. El panel incluye a:
- Carolyn Vega, directora asociada de análisis político, Centro de Mejores Prácticas No Kid Hungry de Share Our Strength
- Nichole Taylor, supervisora de servicios de alimentación, distrito escolar de Great Valley y presidente de políticas públicas y legislación de la asociación de nutrición escolar
- Lydia Rivera, madre, defensora de la comunidad y propietaria de una pequeña empresa, quien participa en SNAP, y tiene una hija que recibe comidas escolares gratuitas
También puede acceder a la grabación del vídeo aquí.
A continuación, se presentan tres conclusiones del evento:
1. SNAP es una poderosa herramienta para luchar contra el hambre, alimentar a las familias y fortalecer nuestra economía
SNAP proporciona beneficios de comestibles a 42 millones de estadounidenses, incluyendo a 17 millones de niños. SNAP es vital para garantizar que los niños crezcan sanos, educados y equipados con los recursos que necesitan para romper el ciclo de la pobreza. Vega explicó que SNAP está en una posición única para ayudar a las familias, especialmente si atraviesan momentos económicos difíciles.
“SNAP es una poderosa herramienta contra la pobreza que ayuda a las personas a comprar los alimentos que necesitan y, al mismo tiempo, libera dinero en su presupuesto para el alquiler, la atención médica y otras necesidades”.
Los beneficios de SNAP ya son modestos, con un promedio de unos $6 diarios por persona. A medida que aumenta el costo de los alimentos, las familias necesitarán más ayuda, no menos. Rivera recibe beneficios de SNAP para su familia y dice que los recursos adicionales son una bendición para ellos.
“Contar con el apoyo de SNAP me ayuda, me aligera la carga, y necesitamos más apoyo como este”.
Estos mismos beneficios ayudan a fortalecer a las comunidades al ser reinvertidos en los negocios y la economía local, y a su vez apoyan a los agricultores y productores que cultivan nuestros alimentos.
2. Las comidas escolares son un recurso vital para las familias y ayudan a los niños a aprender y crecer
Los programas de comidas escolares ayudan a alimentar a los niños garantizándoles un desayuno y un almuerzo nutritivos cada día escolar. Para muchos estudiantes, una comida saludable implica comenzar el día con la barriga llena y la mente atenta. Taylor ha visto de primera mano cómo estas comidas ayudan a los niños.
“Nuestros estudiantes comienzan el día con energía. Para muchos, las comidas que reciben en la escuela son de las comidas más saludables que reciben a lo largo del día”.
La hija de Rivera recibe actualmente comidas escolares gratuitas, lo que significa una cosa menos de la que debe preocuparse.
“Asegurarme de que mi hija desayune y almuerce bien me ayuda mucho. Me alivia un poco el estrés diario que tengo que enfrentar”.
Una forma eficaz de garantizar que todos los estudiantes puedan recibir comidas sin costo alguno es a través de la Provisión de Elegibilidad Comunitaria, o CEP por sus siglas en inglés, que permite a las escuelas participar si un determinado porcentaje de su población estudiantil ya es elegible para comidas escolares gratuitas.
"Desde que tu hijo llega a la escuela, sabes que recibirá como mínimo un desayuno y un almuerzo", compartió Taylor.
3. El recorte de los programas de nutrición perjudicará a millones de niños, negocios y agricultores
“Simplemente sería devastador para mi comunidad, para mis vecinos, mis amigos y mi familia si estos recortes presupuestarios se implementaran”, dijo Rivera. “Sería traumático”.
El Congreso ha estado considerando la posibilidad de introducir cambios a SNAP que recortarían los montos de los beneficios o limitarían futuras actualizaciones, lo que dificultaría aún más que los ya modestos beneficios de comestibles se mantuvieran al día con el aumento del precio de los alimentos. Con beneficios ya de por sí increíblemente modestos ($6 al día), los recortes harían aún más difícil para las familias costear los alimentos suficientes.
“Cualquier recorte a los beneficios o cambios que limiten el acceso a SNAP dificultará que las familias puedan comprar alimentos”, dijo Vega. “Especialmente ahora con los altos precios de los comestibles, lo que provoca más hambre y dificultades”.
“Personalmente, ahora mismo dejé de comprar huevos a 7 u 8 dólares la caja”, dijo Rivera. “Solo porque estoy tratando de administrar mis beneficios de SNAP para que duren más”.
Otros posibles recortes incluyen la transferencia de fondos a los estados, la adición de requisitos adicionales laborales y la creación de nuevas barreras administrativas para los solicitantes. Todo esto tendría el mismo resultado: dificultar la participación de las familias elegibles en el programa de SNAP.
“El nivel de recortes supera con creces lo que hemos visto en el pasado”, dijo Vega. “Esto podría cambiar radicalmente la estructura del programa y la eficacia con la que SNAP responde a las dificultades económicas”.
Recortar los programas de comidas escolares al limitar opciones como el CEP, que permite a los equipos de nutrición escolar proporcionar comidas de la manera más conveniente para su comunidad, podría afectar a más de 12 millones de estudiantes en 24,000 escuelas. Además, los nuevos requisitos de verificación de las solicitudes supondría una carga excesiva para las escuelas, que tendrían que tramitar aún más papeleo cuando deberían centrarse en la educación y la preparación de comidas saludables para los niños. Taylor afirmó que las escuelas deberían poder concentrarse en la alimentación y la educación de los niños, en vez de aumentar la complejidad para que las familias participen.
“Eso nos va a suponer una carga mucho mayor, pero también va a limitar el acceso de los estudiantes a esas comidas”, dijo Taylor. “En definitiva, nuestro trabajo es simplemente brindar comidas saludables y nutritivas a nuestras familias, y eso es lo que nos apasiona”.
Estos recortes también tendrán un efecto dominó en otros programas, como el Summer EBT. Muchos estudiantes son elegibles automáticamente porque participan en estos otros programas. Por lo tanto, cuando los estudiantes pierden el acceso a SNAP o a las comidas escolares, el impacto puede ser aún mayor al quedar excluidos de otros programas de asistencia.
Vega explicó: “No solo los recortes a SNAP son difíciles por sí solos. Tampoco lo son los recortes al CEP ni los cambios en las comidas escolares. Todos estos factores, en conjunto, limitan aún más el acceso y dificultan que las familias alimenten a sus hijos”.
Estos programas de nutrición trabajan juntos para ayudar a alimentar a los niños y apoyar a las familias. Pero con esta propuesta de recortes presupuestarios, millones de niños podrían perder el acceso a los mismos recursos que les ayudan a prosperar. Es fundamental que el Congreso evite introducir nuevos recortes a los beneficios o nuevas restricciones para limitar aún más el acceso, porque sin programas como SNAP y comidas escolares, más personas en los Estados Unidos se enfrentarán al hambre y a mayores vicisitudes.
Dígale al congreso: Protege a los niños del hambre
Actualmente, el Congreso está considerando recortes masivos a programas cruciales contra el hambre y la pobreza, como SNAP, WIC y las comidas escolares y de verano. Necesitamos su ayuda para asegurar que los niños y las familias no pierdan el acceso a los alimentos y recursos que necesitan.