Puerto Rico es una tierra de impresionante belleza, donde sus playas turquesas y ricas montañas inspiran una cultura vibrante en la isla y en toda la diáspora en lugares como Nueva York y Pensilvania. Desde las contribuciones de iconos como Rita Moreno, Lin-Manuel Miranda y Dayanara Torres, partidaria de No Kid Hungry, hasta el trabajo de la gente común, los puertorriqueños son conocidos por su creatividad y su fuerza.
Fue en las circunstancias más difíciles cuando salió a relucir el espíritu generoso y resistente de los puertorriqueños. El huracán María fue un desastre sin precedentes en la isla. Las interrupciones en la red eléctrica, el suministro de agua y el cuidado de salud causaron cerca de 3.000 muertos. Los puertorriqueños se unieron como nunca antes.
“Aquí tenemos un dicho, ‘donde come uno, comen diez’,” dijo Mari Jo Laborde, presidente y directora ejecutiva del Banco de Alimentos, el único banco de alimentos de Puerto Rico. Continuó contando cómo, en medio de la destrucción causada por María, fue testigo de lo más hermoso: vecinos que se unían para compartir comidas y cuidarse unos a otros. Su organización fue a llenar los vacíos. No importa el reto, los puertorriqueños siempre se levantan y lo afrontan.
“A veces la palabra resiliente parece sobre utilizada porque decimos: ¿cuánto más resilientes tenemos que ser?” añadió Laborde. Puerto Rico no sólo ha soportado los cambios y los efectos duraderos del huracán, sino también retos históricos persistentes, como los cambios económicos, los altos precios de los alimentos importados y una dependencia institucional poco fiable.
Aunque el huracán María demostró la fortaleza de las comunidades puertorriqueñas, muchas familias se enfrentan a luchas constantes, como el hambre infantil. El verano puede ser especialmente difícil para los niños, ya que muchas de las comidas que reciben en las escuelas pueden dejar de estar disponibles. La situación es especialmente complicada para los niños que viven en regiones montañosas de difícil acceso.
"Tantas familias en Puerto Rico, especialmente en las montañas, dependen de la fuerza de los abuelos que asumen inmensas responsabilidades a pesar de tener tan poco. Sus historias son un reflejo del corazón y la unidad de nuestro pueblo," afirmó Laborde.
Recordó la historia de una abuela de 70 años que vive en una zona aislada en las montañas. Cuida de sus 4 nietos y de su madre de 90 años, postrada en cama. Los padres de los nietos se marcharon al continente en busca de mejores oportunidades, una situación que se repite en toda la isla. Incluso con sus limitados recursos y dificultades, esta abuela cuida y ama a sus nietos y a su madre.
"En las montañas, familias como ésta encuentran la manera de arreglárselas con lo poco que tienen. Si no hay arroz, comparten verduras; si no hay dinero, encuentran la forma de ayudarse mutuamente. Es un nivel de ingenio y apoyo comunitario que nunca deja de sorprenderme," explica Laborde.
En las zonas rurales, el transporte y las infraestructuras suelen ser inadecuados, lo que dificulta el acceso de las familias a los servicios o la entrega de alimentos. No Kid Hungry y el Banco de Alimentos se han asociado con el objetivo de llevar las entregas de comidas de verano a estos lugares remotos, facilitando que los niños prosperen durante los meses de verano. Con su apoyo, hemos financiado parcialmente un vehículo que puede circular por las estrechas carreteras de las montañas.
Aunque es difícil pensar en el verano en diciembre, organizaciones como el Banco de Alimentos saben que es mucho lo que está en juego para los niños y que la preparación debe empezar ya.
"Empezamos a planificar con meses de antelación para asegurarnos de que los niños no se queden sin comer cuando acaban las clases," explica Mari Jo Laborde.
Para acabar con el hambre infantil en Estados Unidos es esencial reducir el déficit de comidas de verano para los niños. Es algo que podemos hacer juntos y el trabajo tiene que empezar hoy.
Mientras continúan los preparativos para el verano de 2025, el Banco de Alimentos se compromete a garantizar que ningún niño de la isla pase hambre, por muy alejado que esté su hogar. Y de eso se trata Puerto Rico, de cuidarnos unos a otros, a la comunidad y a la familia.
Cómo ayudar:
- Done: 1 dólar puede ayudar a proporcionar 10 comidas* para niños. Su apoyo nos ayudará a financiar programas de alimentación en todo el país y a abogar por políticas que ayuden a los niños a obtener las comidas que necesitan.
- *Las donaciones ayudan a apoyar programas que alimentan a los niños; No Kid Hungry no proporciona comidas individuales. Obtenga más información en NoKidHungry.org/OneDollar.
- Alce su voz por los niños: Contacte a sus representantes electos y pídales que hagan más para acabar con el hambre infantil. Dígale a su legislador que abogue por políticas que ayuden a los niños a obtener las comidas que necesitan.
