Un nuevo informe destaca las estrategias comunitarias para mitigar el hambre y fomentar la pertenencia en las comunidades latinas e inmigrantes
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CONTACTO: Ceci Henríquez, chenriquez@strength.org
WASHINGTON, D.C. - No Kid Hungry, una campaña de Share Our Strength, enfocada en terminar con el hambre infantil en Estados Unidos, invirtió más de $1 millón de dólares para apoyar a 17 organizaciones que sirven a latinos e inmigrantes para combatir el efecto desalentador de la política de carga pública de 2019, aumentar la inscripción en el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés) y proporcionar alimentos a las familias que atraviesan dificultades. Las organizaciones beneficiarias con sede en Arizona, California, Florida y Texas ayudaron directamente a 65,000 personas y 31,000 familias a través de la divulgación y la inscripción de beneficios, y alimentaron a 12,000 familias cada mes. Sus esfuerzos por hacer que las personas pasen del miedo a la confianza, proporcionar alimentos a las familias y fomentar un entorno de seguridad y pertenencia se han descrito en un nuevo estudio realizado por Leah Zallman Center for Immigrant Health Research y financiado por No Kid Hungry.
La política antiinmigrante de 2019, que amplió la definición de "carga pública" para incluir a los inmigrantes que reciben asistencia para vivienda, nutrición, cuidado de salud y otros beneficios, causó niveles históricos de daño y hambre a las familias inmigrantes y a los niños ciudadanos estadounidenses. La norma fue revocada en 2021 y se añadieron protecciones en 2022, haciendo claro que el uso de programas de nutrición o de vivienda o el uso de programas de atención médica en un consultorio médico, clínica u hospital no se considera en las determinaciones de carga pública. A pesar de la revocación de la norma, el "efecto desalentador" de la política de carga pública de 2019 y el panorama siempre cambiante de las políticas y narrativas de inmigración han creado un ambiente de inestabilidad y confusión dentro de las comunidades inmigrantes, con millones de familias elegibles que continúan evitando programas públicos como SNAP, incluso cuando experimentan dificultades.
SNAP es el programa contra el hambre más grande y eficaz del país y casi la mitad de los beneficiarios son niños. Las investigaciones demuestran que los niños que reciben SNAP crecen más sanos y rinden mejor en la escuela, aumentando incluso sus probabilidades de graduarse. Sin embargo, según un reciente estudio del Urban Institute, el efecto desalentador puede estar impidiendo que entre 3 y 4 millones de niños de familias inmigrantes que son elegibles accedan a programas federales como SNAP, que podría ayudarles a proporcionar la nutrición y el cuidado que necesitan para prosperar.
El informe, titulado "Creando confianza: Soluciones comunitarias para aumentar el acceso a los alimentos en las comunidades" se basó en una evaluación participativa con 16 de las 17 organizaciones beneficiarias latinas y de inmigrantes. Los resultados destacan las barreras y las estrategias empleadas por estos grupos comunitarios para reconstruir la confianza y mejorar el acceso a los alimentos y los programas federales de nutrición entre las familias inmigrantes elegibles. La elegibilidad de los programas federales de la red de seguridad como SNAP y Medicaid sigue estando limitada a los ciudadanos estadounidenses y a los titulares de tarjetas de residencia que cumplan ciertos criterios, incluyendo al menos cinco años de residencia permanente.
Hoy, 1 de cada 4 niños en los Estados Unidos vive en familias que incluyen al menos un progenitor inmigrante, y el 87% de los hijos de inmigrantes han nacido en los Estados Unidos, lo que hace que muchos de ellos sean elegibles a programas de nutrición como SNAP o WIC. Además, los inmigrantes contribuyen a la economía estadounidense de diversas maneras. Los inmigrantes tienen un poder adquisitivo de $1.4 billones de dólares y aportan más de $500,000 millones de dólares anuales en impuestos a la economía, lo que ayuda a financiar programas públicos. El informe destaca la necesidad de contrarrestar las nocivas narrativas predominantes que borran estas contribuciones y amenazan directamente la seguridad alimentaria y la salud de las familias y los niños inmigrantes. Los beneficiarios aplicaron diversas estrategias para desarrollar contranarrativas positivas e integrarlas en su trabajo con las familias y la comunidad en general. Estas contranarrativas enfatizan la abundancia sobre la escasez y la independencia y autonomía sobre la vergüenza asociada a ser una "carga pública."
"Uno de cada 5 niños en los Estados Unidos vive con hambre, y sabemos que, a pesar de sus innumerables contribuciones, las familias latinas e inmigrantes enfrentan mayores niveles de inseguridad alimentaria", dijo Jillien Meier, directora gerente de Asociaciones Nacionales de Share Our Strength, la organización detrás de la campaña No Kid Hungry. "Es fundamental trabajar en solidaridad con socios comunitarios de confianza y apoyar soluciones culturalmente receptivas para garantizar que las familias y los niños inmigrantes tengan un acceso equitativo a la nutrición que necesitan para prosperar".
El informe identifica un conjunto de prácticas prometedoras que demostraron ser las más eficaces para ayudar y empoderar a las familias que temían poner en peligro su estatus y estabilidad en los Estados Unidos. Estas prácticas incluyen ofrecer servicios libres de estigmas, proporcionar servicios cultural y lingüísticamente receptivos y alimentos culturalmente relevantes, garantizar barreras bajas para la inscripción en SNAP y el acceso a los alimentos, y contratar y confiar en personal bilingüe integrado en la comunidad y promotores, o trabajadores sanitarios de la comunidad. Además, se constató que era crucial presentarse consistentemente a favor de la comunidad.
"Nuestro modelo de promotor(a) nos permite desarrollar confianza y llegar a las familias allí donde se encuentran", afirma Rosy Bailey, directora de proyectos del Hispanic Services Council. "Cuando los promotores son un reflejo de la comunidad y conocen los requisitos para acceder a los programas y el proceso de solicitud, pueden ser la salvación para las familias inmigrantes que se enfrentan a más obstáculos en este complejo proceso. Ha sido inspirador compartir nuestra experiencia con compañeros en este espacio y aprender unos de otros."
"La cultura está en el centro de nuestro trabajo de justicia alimentaria", dijo Marissa Calderón, directora asociada de Empoderamiento Familiar, Chicanos Por La Causa. "Integramos un enfoque basado en nuestras raíces indígenas que promueve la educación sobre alimentos ancestrales y cómo programas como SNAP ayudan a obtener alimentos ricos en nutrientes que apoyan la curación y el bienestar de nuestras familias. A través de nuestra asociación con No Kid Hungry, pudimos ampliar nuestro alcance y asegurarnos de que más familias tuvieran acceso a la información precisa que necesitan para acceder a los programas de nutrición disponibles para ellos".
Los hallazgos del informe subrayan la necesidad urgente de un apoyo continuo a estrategias culturalmente receptivas y la expansión de recursos por parte de financiadores, agencias gubernamentales y legisladores para aliviar el hambre y satisfacer las necesidades básicas de las familias inmigrantes en los Estados Unidos.
Para más información sobre No Kid Hungry, visite nokidhungry.org.
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Acerca de No Kid Hungry
Ningún niño debería pasar hambre en los Estados Unidos. Pero millones de niños en los Estados Unidos podrían enfrentar hambre este año. No Kid Hungry está trabajando para terminar con el hambre infantil al ayudar a lanzar y mejorar programas que brindan a todos los niños los alimentos saludables que necesitan para prosperar. Este es un problema que sabemos cómo resolver. No Kid Hungry es una campaña de Share Our Strength, una organización comprometida a acabar con el hambre y la pobreza. Únase a nosotros en NoKidHungry.org.
Acerca del Leah Zallman Center for Immigrant Health Research
El Leah Zallman Center for Immigrant Health Research (LZC, por sus siglas en inglés) es un centro de investigación del Institute for Community Health. Somos un equipo de investigadores interdisciplinarios en ciencias sociales con experiencia en la intersección de la justicia migratoria, económica y sanitaria. Colaboramos con comunidades de inmigrantes, defensores, creadores de políticas y sistemas sociales y sanitarios en investigaciones prácticas para mejorar la salud y el bienestar de los inmigrantes. Conéctese con nosotros en ImmigrantHealth.org.